Jueves, 29 de agosto de 2024.

El incidente comenzó el jueves 29 de agosto de 2024, cuando el Sistema de Comando de Incidentes (SCI) recibió un reporte a través del servicio de emergencias 9-1-1, sobre una persona que cayó al río San Juan, a la altura del “puente de fierro” en la comunidad de Curungueo, Zitácuaro, Michoacán. La persona identificada como Asunción Jaimes Contreras fue arrastrada por el río debido a las fuertes corrientes, lo que generó una operación de búsqueda y rescate a gran escala.
Inicialmente, se desplegó un equipo de trabajo coordinado con la Policía Heroica de Zitácuaro y Grúas Gruzit, utilizando cuerdas y ganchos para realizar las labores de búsqueda. Sin embargo, debido a las malas condiciones climáticas y la falta de visibilidad, la búsqueda fue suspendida temporalmente y se reanudó el día siguiente con más recursos y apoyo institucional.

El viernes 30 de agosto de 2024, a las 7:00 a.m., se implementó formalmente el Sistema de Comando de Incidentes (SCI) para organizar y optimizar la búsqueda. En la operación participaron múltiples entidades, entre ellas los Bomberos Voluntarios de Zitácuaro, Bomberos Voluntarios de San Martín de las Pirámides, el Sistema Internacional de Atención a Emergencias y Desastres (S.I.A.D.E.), la Dirección Municipal de Bomberos de Acapulco, y la Policía Heroica de Zitácuaro. También se contó con el apoyo de equipos especializados, como unidades K-9, drones, equipos de buceo, y grúas.
La búsqueda se llevó a cabo en varias fases. Se realizaron inspecciones de la zona utilizando drones y equipos terrestres, y se ingresó al río desde distintos puntos estratégicos, como el puente 1, el puente 2, y el balneario viejo de San Juan. Finalmente, a las 2:27 p.m., se hizo contacto visual con la persona desaparecida, lamentablemente sin vida, aproximadamente a 5 kilómetros del “puente de fierro”. La identificación fue confirmada por un familiar directo de la víctima, y el rescate se completó a las 3:00 p.m., momento en el que el cuerpo fue extraído del río y entregado a las autoridades competentes.

Este operativo incluyó el uso de varios recursos, como equipos de radiocomunicación, arneses, líneas de descenso, y camionetas de carga. En total, se desplegaron más de 30 kits de alimentos y un puesto de hidratación para apoyar a los rescatistas.
El incidente reflejó la efectividad del Sistema de Comando de Incidentes, coordinando a múltiples agencias y equipos especializados en tareas de búsqueda y rescate en situaciones complejas, como la caída y arrastre de personas por las fuertes corrientes del río. El incidente también subrayó la importancia de la colaboración interinstitucional para lograr una rápida localización y recuperación de las víctimas en condiciones adversas.
Conclusión: El operativo de búsqueda y rescate en Zitácuaro fue un ejemplo del trabajo conjunto entre diferentes cuerpos de emergencia y rescate, destacando la coordinación efectiva y la implementación exitosa de estrategias de búsqueda acuática y terrestre bajo condiciones difíciles.
